Todos nos encontramos en algún momento con personas en situación de calle: ya sea que los vemos cuando vamos caminando por la calle, o que llegan a tocar nuestra puerta pidiendo algún tipo de ayuda.

Si bien existen grupos y asociaciones (como nosotros), ya sea pertenecientes a alguna Iglesia y/o de la sociedad civil, que tienen como objetivo específico el ayudar a las personas en situación de calle, esto no es algo privativo de esos grupos.
Todos, como sociedad, tenemos la responsabilidad moral de asistir a los más débiles, a los que están en situación de vulnerabilidad.
Vos también podés hacerlo, aún cuando no formes parte de ninguna asociación
Podés hacerlo de las siguientes maneras:
- Acercándote vos a ayudar a alguna persona en situación de calle.
- Difundiendo material de concientización acerca de la realidad de las personas en situación de calle (pronto vas a encontrar aquí flyers de concientización para difundir)
En caso de querer ayudar a una persona en situación de calle, lo primero es acercarte y entablar un diálogo fraterno, sincero, de “igual a igual”. No obstante, es importante que lo hagas tomando ciertos recaudos y teniendo en cuenta algunas pautas.
A continuación, te damos algunos consejos, para realizarlo de manera segura:
1.- DE DÍA Y NUNCA SOLO: Acercate preferentemente durante el día, acompañado de un familiar o amigo. Por seguridad, evitá acercarte solo, de noche o en lugares aislados, ya que al ser una persona desconocida a quien te acercás, no sabés cómo puede reaccionar, o si puede estar bajo el efecto de alcohol o algún estupefaciente.
2.- EXCUSA: Convidar un café caliente (en invierno), una golosina, o algo de comida, es una buena “excusa” para acercarte y comenzar una charla.
3.- DE PERSONA A PERSONA: Lo más importante en el compartir con una persona en situación de calle es que se realice de igual a igual, haciéndolo sentir respetado, valorado, digno. Presentate por tu nombre. Preguntale su nombre de pila y mencionalo durante el diálogo para generar empatía.
4.- TRATO AMABLE: Buscá transmitirle confianza con una sonrisa y un trato amable. Esto contribuye a generar un clima de confianza.
5.- ESCUCHÁ: Normalmente lo que necesita una persona que experimenta la soledad y vínculos familiares y sociales rotos, no es que le hablen, sino ser escuchada. Escuchá atentamente lo que te cuente y demostrale interés. Si se da la oportunidad, podés también aconsejarlo, pero lo primero y más importante, es escuchar.
6.- PONETE A DISPOSICIÓN: Ponete a disposición de la persona y ofrecele ayuda en un lenguaje claro y sencillo.
7.- SIN FORZAR: No forcés a la persona en caso de que no quiera hablar. Es preferible dejarla y volver a intentar otro día.
8.- NO DES DATOS PERSONALES: No des tu número de teléfono particular ni la dirección de tu casa.
9.- DINERO NO: No le des dinero. Lamentablemente, si tiene algún problema de adicción, al darle dinero podrías estarle facilitando que acceda a comprar alcohol u otras sustancias. Es preferible preguntarle “qué necesita” y entregarle ropa, comida u otro bien.
10.- LÍMITES: Procurá establecer algunos límites. Por ejemplo, no ser permisivo con las faltas de respeto, no acceder a demandas excesivas y evitar manipulaciones.
11.- MEDICAMENTOS NO: No le entregues medicamentos, a menos que la persona tenga una receta a su nombre y esté vigente, o que seas un profesional de la salud y sepas lo que le estás entregando.
12.- DATOS ÚTILES: Viene bien tener a mano datos útiles (teléfonos, direcciones, días y horarios de atención de hospitales, centros de adicciones, etc.). En caso de compartir esta información, entregásela por escrito de forma clara y en letra de imprenta.
En caso de querer ayudar de manera regular, podés sumarte como voluntario a alguna organización de la sociedad civil.
Si querés sumarte como voluntario de “Hermanos en la Calle” hacé click aquí